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Solo de Literatura para Hechicera de Luna y Orquesta

Prosas y vuelaplumas H de L

Esto no es una canción de amor.

Esto no es una canción de amor. Esto no es una canción de amor, es una canción desesperada por tenerte tan cerca y tan lejos, y no poder beberte a sorbos lentos, inventar posturas para nosotros, aunque ya lo hayamos probado todo, investigadores por naturaleza, y sentirnos, sentirnos como te descubro cuando te invento. Esto no es una canción de amor, y te amo, como al Eros intocable que se dibuja tras la sabanas, con el silencio mordido en los labios, por que mi susurro quizás te ofenda, y poder separar esto que queda escrito y sentido de enfrentarme a tu cuerpo, y añorar esas palabras, las que me hacían dudar de todo, volar sobre tu piel acariciándote con la alas, rozarte con la lengua, devorarte con mi sexo, y no...no es un canción de amor es una canción deseada, por palparte, tocarte, rendirme ante tus besos, tus manos experimentadas, y suplicarte que continúes, que hoy y sólo por hoy, necesito dejarme llevar- bueno, quizás mañana también- aunque no podamos cantarnos una canción de amor...te amo tanto como te deseo, más esto...esto no es una canción de amor...

¡Qué alguien me borre el número 11 del calendario!

H de L

El funeral del deseo

El funeral del deseo Introduje la jugada maestra y apagué la luz de las farolas, ahora; soy más feliz, escribo menos, estoy de vacaciones y, todo mengua mientras un gato se asoma a la ventana y maúlla una patética canción de moda en los 90.Antes era así, hasta que me miré en el espejo y vi una piedra, me equivoqué, era un principio de joya, pero me sentí pared. Por eso y sólo por eso, decidí volver a llorar. Y entre tanta agua derramada terminé por olvidarme que la misión era inundar el planeta. Así, aprendí a bucear,¿te dije alguna vez que no hay nada como bucear y después hacer el amor, o, hacer el amor bajo/ dentro/ en el agua, y perderse en un/tu cuerpo mojado?

No, ya no hay inicios de historias que no conozca, las he palpado todas, la sorpresa me grita dolores de cabeza, persistentes en el lateral derecho, migraña de la historia del jamás. Me aburren tus silencios de arena que nunca se callan, caprichosos, vulnerables...sin sentido en un corazón que late.

Te tatué las noches con besos en la frente, con caricias de labios sedientos de ti, mi boca de pez dormida en tu alma, y tú, me regalaste cada segundo de inspiración, los mejores que he tenido y...me quedé vacía. Brillé como una estrella y se me oscureció el corazón, y no es tu culpa no, fui yo quien bajó la guardia de nuevo. Por no poder ver mi luz casi te regalo mi oscuridad.

Me escondo en el armario por que desde aquí todo se ve más fácil, ahí va mi nota bajo la puerta, pero no me pidas que salga, no ya, por que creo, que vuelvo a ser la verdadera. No insistas en hablarle a mi reflejo en los cristales, ya no existe, se ha ido. Nunca debió volver, pero lo hizo, y ahora que ventilo los apegos, veo que la pasión se me calló por la ventana, sólo me queda saber como llegar al equilibrio entre la loca excitada que sentía a cada segundo y viajaba cada noche hasta tus brazos, y esta, que se siente tan feliz, y controladora, que ahora se obliga a escribir... por que de nuevo le ciega el sol que habita en su pecho.

Nadie me escribe como tú...y eso asusta, por que eso que me aterra de ti...vive en mi...y no se si gritar vivas, o llorar...o.
¿Podré volver a escribir sin tu pasión saltando en mi vientre duende?

H de L

UNA MUJER CON SOMBRERO

UNA MUJER CON SOMBRERO La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
(Silvio Rodríguez)

UNA MUJER CON SOMBRERO

A través de un cuadrado formado por sus manos la mira, por que ella “es” o sus dedos transformados en calidoscopio, la saben arco iris, aunque la lluvia, hoy, la bañé en grises. Ahí estuvo, vestida de “hay cosas que no entiendo” y otras que “no quiero comprender”, se vistió con su sombrero de orgullo y se acercó al armario. Lo abrió sigilosa, con los miedos acechándole tras la puerta, descolgó las recriminaciones de diario, el insomnio colgado de sus párpados, las incomprensiones y los suspiros con lazos, apilándolos junto a todos aquellos silencios a gritos , las lágrimas derramadas sobre la almohada, las muecas frente al espejo y los puñetazos sobre la mesa, no olvidó ni siquiera las noches que pasó sola, las dudas dormidas bajo la colcha ni las cadenas que llevaba en sus tobillos.
Cerró la maleta de reproches y así, con todo el peso en sus brazos comenzó una nueva vida en la calle del rencor. Dejó una sonrisa congelada en la pecera y al salir recordó apagar la luz del sol.
De ella apenas quedaron algunas interminables esperas encima de la vieja silla.

H de L

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.
(Silvio Rodríguez)

Baile vertiginoso para escuchar un silencio

Baile vertiginoso para escuchar un silencio De nuevo esa pregunta me abruma, me atrapa como una peonza a la que atada la cuerda están a punto de estrellar contra el suelo, y gira una y mil veces hasta que en su hermoso baile pierde la perspectiva, se sabe girando reconoce el vértigo en su punta de acero, en su cuerpo de madera, en su sentir de trompa, y sabiéndose en este atemporal viaje en espiral no puede reconocer lo que le rodea, y una vuelta, y él, y otra vuelta, y otro él-¿ Es posible seguir amando a quién no está y aún así, enamorarse de otro?- Y vueltas y más vueltas sin poder frenar, un grito interno le instiga a dejar de girar y dejarse fluir, sin preguntas, dejando que el milagro o el infierno se manifiesten y entonces sí, llegar a la completa sabiduría de donde se está, en que recodo del camino nos paramos o por que cuesta estamos subiendo y una vez allí, dejarse deslizar por el tobogán de arco iris que se abre a nuestros pies, pero no antes, sólo después. Para escuchar respuestas hay que dejar de realizar preguntas que tapen la otra voz.
Shhh
Shhh
Simplemente escucha el silencio…

H de L
( de la novela Cerrar un círculo y abrir una espiral)

Ulises también tuvo miedo

Ulises también tuvo miedo Ya no hay remedio, las lechuzas han salido de su escondite diurno y observan el bosque dormido con mirada atenta, con ganas de atraparnos. Tú ratón, yo ratona, esperando que vuelvas a nuestra madriguera; pero esas, están por todas partes, su respiración se oye tan fuerte que ellas se descubren solitas...

Un ruiseñor nos dedica una opera al final del día, cuando tú y yo nos juntamos y bailamos con las manos entrelazadas, cuando tus ojos se reflejan en mis ojos, y lo míos, brillan por la emoción de sentirte a mi lado. Mi amor nocturno, mi ratoncito. Que te amo tanto que siento que se me parte el pecho, y mi alma me abandona por que no sabe ya vivir sin ti, invasor de mis sueños, poblador de mis días, alimento de mi sonrisa.

Siento que puedo rozar las orillas de Ítaca y ser un nuevo Ulises añorante de tu tierra y fuego, que estoy desangrando las horas en está carretera camino a lo elegido, pero aún puedo frenar en seco, hacer rechinar las ruedas, abrir puertas, respirar hondo y correr por el pavimento- en sentido contrario- no afrontar el doloroso adiós, y gritar un te deseo, te amo, un ven a buscarme o me pierdo...un...

Los tres cantautores brasileños dejaron de susurrarme “vuela” en el oído y me descubro de nuevo aquí, sin frenos y sin atreverme a saltar cuando la vida gira a 140 kilómetros por hora, cuando tú sigues en mí, tan cerca y a la vez tan lejos. Y ahora, soy Thiana traspasando la grieta , buscándote en la profundidades del universo de roca en D’nee. Tú, mi Aitrus creando una nueva “era” para nosotros, donde cada palabra escrita en el libro nexo se convierte en realidad –siempre fue así, ¿no ves las estrellas que estoy pintando en nuestro cielo?-, donde la isla desierta de Myst nos esta esperando para ser poblada sólo por dos corazones latiendo al unísono, o, dos seres ocupando este nuestro corazón.

Y tener que releer la trilogía para darnos cuenta que tú y yo creamos cada vez que escribimos nuestros deseos...
H de L

Sendero de niebla y sol

Sendero de niebla y sol No pasan los días por que sí, ni siempre es posible una vuelta atrás - aunque haya círculos tan similares que parezca que damos vueltas a la misma plaza-. Uno emprende un sendero, y cuando quiere darse cuenta, el reloj marca las doce, las campanadas resuenan en nuestros tímpanos y resulta imposible retroceder, o, querer hacerlo, o, simplemente: poder. Y tú , sí tú, sabes que a veces se llega lejos, otras, apenas comenzaste el camino, pero, ayer ya pasó y esto es lo que tienes: un presente aullándote los errores / aciertos, una tormenta siguiéndote las huellas- quiere descargar su rabia sobre tu cabeza- y dejas que la lluvia cese- agazapado bajo una cornisa-, sin que pueda mojarte.

La nubes quedan expectantes sobre el tejado, vigilantes, tapizando el cielo que ayer nos regalaba el brillo de tu sonrisa, ahora, cuencas vacías dejan paso al desasosiego, a fuentes llorando en los parques, a niños que no juegan, a niños sin padres, a padres sin hijos, buscándose sin poder hallarse, como tú y yo, que nos rastreamos y no nos encontramos, y cuando menos lo pretendemos, descubrimos nuestros rostros reflejados en el hielo- en alguna ocasión el sol cegó nuestra visión en los cristales de agua- y allí: nos palpamos los miedos, nos disfrazamos de sombra, nos entra el hambre del otro , nos comemos, y sólo bebernos los labios es efectivo para apagar nuestra sed, pero luego, llega la niebla, lo envuelve todo y de nuevo, nos perdemos.

H de L

Eternamente

Eternamente Si me faltaras, no voy a morirme,
si he de morir quiero que sea contigo
Te amo, eternamente,te amo...
Pablo Milanés

ETERNAMENTE

Amor, hay silencios que plantan dudas de esas que se expanden como laberintos donde uno entra e irremediablemente se pierde, donde las miguitas de pan desperdigadas como pistas son devoradas por aves carroñeras, y silencios a gritos que siembran flores en la tierra fértil de los corazones, ahora creciendo como rosas, trepando muros, derrumbándolos- no subestimes el poder del rojo-, ya ves, silencios y silencios, no es lo mismo.

Y ahora, después de cruzar bosques, dormir en las copas de los árboles o, cavar túneles subterráneos para esconder nuestras cabezas cuando nos da el complejo de avestruz, llegamos a éste claro donde el sol se posa sobre tus dedos antes de regalarnos la más mágica noche. Un búho ulula historias pasadas y el cantante de opera pliega sus alas, se ajusta el chaqué dispuesto a dedicarnos un solo a capella de acontecimientos futuros mientras,
de nuestro eterno presente, nos ocupamos tú y yo ( lo demás sólo son interferencias, si apagamos la radio no podrá afectarnos su ruido).

Me gusta cuando sacas ese libro limpio y desparramas hojas en blanco sobre la hierba, cuando agradecidos al águila que nos regaló la pluma de la libertad, la tomas delicadamente, la empapas en el amor que nos desborda y escribes con ella mientras yo, acaricio tu cabello- de nuevo un mechón sobre tu frente- sin perder de vista cada letra. Sí cariño, nosotros creamos éste presente, lo vivimos, nos existimos, inventando un futuro; concreto, el tuyo y el mío- nosotros elegimos, nadie más tiene ese poder- . Y si un día se nos cuela una duda o una insistente tristeza porque un nubarrón desorientado se posó en nuestras cabezas, desenvainaremos nuestra goma de borrar hechizada eliminando los garabatos hasta que sólo nos queden certezas y este amor que ayer, hoy y siempre nos habita. Y si debemos volver a ese bosque donde residen penas, partiremos con un mapa, más sabios, y dejaré trocitos de alma junto a cada árbol, cada recodo del camino, para que una y otra vez podamos encontrarnos en este claro donde las estrellas brillan tanto que los miedos, abren sus alas, esconden sus colmillos y huyen lejos, conscientes de que la luz los desintegrará, antes de que nuestro amor los derrita para siempre.

Shhh, shhh …Sí, tú, te amo, y no necesito gritarlo en silencio ni a voces, no mientras pueda seguir susurrándotelo al oído, ahí, donde mi voz se hace una con el arrullo de este mar que nos protege, no mientras no pierdas la capacidad de escucha, de tu esencia, y puedas sentirlo.

Quiero regalarte hechos, no meras palabras, me sobran casi todas, menos tu nombre, menos “te amo.”

2004-10-04
H de L

C,est fini

C,est fini Días sufriendo su falta, creyendo que el cielo estallaría en miles de cristales negros cayéndole sobre el rostro, mientras, lágrimas de sangre daban color a sus mejillas.
Fue el día en que eligió su epitafio, con él, llego la calma. Creyéndose muerta se descubrió viva.

Pero, hay seres que viven de la tormenta, y siempre terminan lloviendo truenos, así comenzaron sus cartas de amor, de: “perdóname”, “me equivoqué”, “ no puedo vivir sin ti”, sus palabras “de”.

Eterno empeño de mandar mensajes en una botella, como un náufrago perdido que ansia ser rescatado.
¡Absurdeces!
¿Por qué gustaría de ser encontrado quién buscó perderse?

Así fue como enrolló el papel de nuevo, lo rellenó con tropiezos verdes y pasó a encenderlo -pena que la botella de “chivas” estuviera vacía-.
Y eso.

H de L

Preludio fluvial, antes de resurgir el Sol

Preludio fluvial, antes de resurgir el Sol Vuelvo del bosque en el que me había perdido con el jazz de Itoiz en las entrañas sirviéndose de las cuerdas de mi intestino y el nombre de Ezequiel en los oídos. Ezequiel era mi abuelo- el mismo del cáncer de pulmón que antes de iniciar su vuelo compró aquel cenicero que llevaba inscrito “ a mal tiempo buena cara”,en el que apagó su último cigarrillo y yo, el primero - no este que desayuna, hace profecías y me arrastra a un mundo del que nunca debí salir, pero... hay dolores que uno debe entretenerse en investigar, sentir, comprender e incluso amar, dolores que nos hacen ver el mismo cuadro desde distintos ángulos, lo emborronan, distorsionan, nos lo presentan: del derecho, del revés, bajo la visión hiperrealista, surrealista, impresionista, expresionista y tantas que confunden la verdadera esencia , que nos convierten en triángulo invertido, manteniendo el peso en la cabeza, apenas en un punto para sujetar tanta base –me duele cada vértice, camino por la cuerda de mis aristas- de puntillas- intentando mantener el equilibrio-. Dolores que nos enseñan si nos autoimponemos intentar aprender, dolores no Lola, dolores y dolores, que no masoquismo enredado en mis pestañas ahora inmóviles, contemplando a los petirrojos, exhibiéndose en las balconadas mientras, señoras bien vestidas pasean por la Gran Vía con sus boinas de pintoras reflejadas en los escaparates.
Las hadas han vuelto, se confunden entre el humo de los coches, moviendo su desnudez luminosa en cadencias hechizadas bajo el influjo mágico de no recuerdo que rito, abriendo un terrible agujero en la calzada en su insistente girar en trompa –puedo ver la oscuridad del fondo, acabo de salir de él, o, aún estoy dentro, mirando desde el abismo- en la acera de enfrente un dinosaurio grita nuestros nombres y nos pregunta donde nos hemos perdido, ¿nos perdimos? Uno a izquierda el otro a derecha para encontrarnos en un punto indefinido de este Gran Bilbao, que grande no es pero cada día luce más bonito, y ahora, cruzo la pasarela aún con el fango resbalando por mis tobillos- en la carrera voy dejando el barro como miguitas de pan, soy pulgarcito, en mi pequeña sabiduría lo intento por si de nuevo he de salir a buscarme, y paro en el centro , no estás, ni aquí ni allí, o, ya no puedo verte, o te veo demasiado y confundo tu rostro superpuesto a ese, a aquel, y si sigo contando, contaré hasta cien y los prados quedaran desolados, sin ovejas que sigan la corriente de este mundo en el que existo sin pertenecerle, en este mundo dormido. Me asomo a la barandilla, me subo a ella, abro los brazos y así, me dejo caer a ese vacío coronado de agua, me sumerjo- por si te encuentro en el fondo-, me atraganto , respiro el líquido y ahora, soy la que soy , el agua no tiene dueño... Nadie puede poseer una mujer fluvial.

H de L

Imagen edificando una realidad

Imagen edificando una realidad Su visión sigue perdida más allá del ventanal abierto, en el basto de gotas que forman este mar en calma, ese que Gontzal tanto ama y hace tiempo le enseñó a amar a ella, incluso, sin haberlo visto.
-Sólo le faltan las olas- se dice y una sonrisa nacida dentro, posterior a un suspiro, se posa en sus labios, como una mariposa revoloteando el recuerdo fugaz del pasado, que pasado está, aún sin resaca cuando la marea baja .

Él se lo prometió una noche, bueno, quizás no dijo exactamente la palabra prohibida
-ellos jamás se juraron nada, sin embargo, se lo dieron todo- pero ahora sí, recuerda que el comentó que le compraría un piano de cola y lo situarían frente a la ventana-la misma que atraviesan sus retinas yendo más allá- para que la brisa acariciara su piel mientras ella tocaba, y lo había cumplido.
Allí está ella, sentada frente a su enorme piano de madera lacada en negro, tan brillante que puede ver su reflejo en él, y sin poder concentrarse en nada que no sea ese exterior y su variedad cromática, como un creciente arco iris de verdes y azules extendiéndose hasta la línea del horizonte. Sus dedos acarician las teclas en su intento de tocar completa la “Balada para Adelina” que tanto le gusta a él y ella, aún trata de perfeccionar.

Gontzal entra en la estancia justo en el momento en que Haitz cierra la tapa del piano y se dispone a levantarse.
-No pares cariño, sigue, parece que hoy no termina de conciliar el sueño, ha salido “cabaretera” como tú- le dice mientras cierra despacio la puerta tras de si y se acerca a ella besándole en el cuello.
Ella responde con una sonrisa y abre de nuevo la tapa del piano que comienza a tocar. Gontzal, con su bebe en brazos, se aproxima al ventanal y con una mano corre las cortinas que se mueven suavemente con el aire, su otro brazo protege a su bebe contra su pecho. Se acerca al sillón del rincón, abrazado a su pequeña con infinito cariño, infinito amor, ese con el que ellos aprendieron a amarse más allá de las fronteras y las normas, y ahora, cuando creían que era imposible para un corazón resistir tanto amor, los extienden a su hija y en consecuencia, a ellos mismos. Amor desbordándoles el pecho, la razón, la ilimitada capacidad de amar ahora multiplicada por un nuevo infinito que les hace nacer un nuevo universo en continua expansión en el alma.

Desde siempre le gusta observarle cuando él no es consciente de ello, pero, en este momento que ve su rostro iluminado por la felicidad y sus manos acariciando las de su pequeña asiéndole de un dedo- debe parecerle un enorme tronco, aunque aún no sepa lo que es- siente que podría morir en ese instante, ante esa visión, y descansar satisfecha, después de gritarle al mundo que sí, definitivamente ella, Haitz , ha sido, es , la mujer más afortunada y feliz del planeta.
Gontzal tararea en bajito, como en un arrullo, mientras balancea al bebe en la calidez de su regazo. Levanta la mirada y ella, sabe que sus ojos sonríen, que se ha dormido. Se levanta despacio sin hacer ningún ruido y se acerca a ellos arrodillándose a los pies de Gontzal que le acaricia el rostro descansando ahora en sus rodillas. Haitz, aferrada a sus piernas, extiende su índice que la niña, en un gesto mecánico, agarra sin despertarse. Y así acaba la imagen, con tres seres que son uno, y empieza una realidad con un deseo gritando en sus corazones:
-¡Que así sea!

2004 / 01 / 26
H de L

Dicotomía de una pregunta

Dicotomía de una pregunta ( Sobre cuantos noes forman mis sies o, el “no” producto del “sí” innombrable).

Del no al sí, o, del sí al no, ¿cuántos segundos , amaneceres y cambios en la última moda en trajes de baño nos separan? ¿Y sí me suelto las trenzas, muevo la varita dentro del sombrero de copa, digo las palabras mágicas, doy un triple mortal con efecto y me convierto en serpiente-que tiene más clase que una simple culebra-, te siseo tres suspiros y un “te deseo” y soy Lilith , mujer prohibida, la primera ( que no Eva , pobre absurda dependiente del barro del no amado, pero sí necesitado compañero), sabiduría del cuerpo desnudo, gotas de sangre deslizándose por tu cuello, transparencia detrás del telón negro?

Si sí...si no... elegir tres minutos de verdad antes que una existencia basada en una mentira, mientras sigo perdida en la dialéctica de esta noche en vela...protegiendo mi llama ...

2003/11/21
H de L

Locura total con sonrisa incorporada o, simplemente

Locura total con sonrisa incorporada o, simplemente ¿Qué gano llorando?- Se preguntó aburrida de fletar nuevas naves , de encallar en puertos olvidados dónde el dolor crece en los jardines de pueblos silentes y la floristeras, generosas, hacen ramos y los regalan al que todavía se deja ver vestido de sonrisa. Y si el brillo de los ojos es visible, apagar esa terrible señal de felicidad, con un café con las damas del cotilleo, o , copa y puro con los caballeros desbordando inteligencia y ternura, mientras te susurran el número de serie del motor de su automóvil, hasta que quede claro dónde está el chasis , chasis de oferta en el Corte Inglés. Que es deplorable ese brillito entusiasmado en las pupilas saltando a la cuerda, esa cara alelada, sinónimo de felicidad, que aquí, si eres feliz, estás loco, o lejano a la realidad. Debemos ser infelices pero cuerdos, infinitamente cuerdos.
¿Por qué hacer el supremo esfuerzo en sentir esa sonrisa, dentro? Cuando lo fácil ( y no cuesta dinero) , es ladrarle al mundo y contagiar la rabia?
Eso ,por que somos cuerdos...

La mujer mira a ambos lados de la calle,
ve la ciudad, ruidosa, murmullos,
coches haciendo sonar sus bocinas,
personas gritando, voceando,
o, silencios anunciados, por que decir,
decir, no dicen nada.

Corre a la universidad a distancia más cercana.
Invierte cinco años de su vida y se licencia en
"Locura Total Con Sonrisa Incorporada".
Y ahora sí, es la loca...

El mundo contando los minutos
para cerrar la persiana del día.
La loca recogiendo del suelo
los abandonados, comiéndoselos.
Personas rodeadas de personas,
infinitamente solas.
Ella, físicamente no acompañada,
y en su diccionario de bolsillo
no existe la palabra soledad.

Mujeres a la parrilla , vuelta y vuelta.
Cáncer de piel, reproduciéndose por esporas,
creciendo en las ramas de los árboles,
ella chapoteando en la orilla, riendo , como loca...

Un payaso hace muecas a los niños,
fija su vista en la pobre mujer
y su risa desesperada.
Comienza a llorar,
-pobre enajenada-piensa.
La loca le devuelve sus lágrimas
envueltas en arco iris cabeza abajo.
-Pobre(s) payaso(s) triste(s).

Con infinito cariño a todos los loquitos/as que cada día sirven su corazón desnudo a cada persona que encuentran, bañándoles con el calor de sonrisa.

H de L

Carta de despedida para el que duerme bajo tu pecho

Carta  de despedida para el que duerme bajo tu pecho ¿Viste? Cuantas palabras derramadas, perdidas en el vacío sin sentido, flotando en el airé, mientras un caza mariposas intenta atraparlas, retenerlas y no, aceptar va mucho más allá de eso, más allá de ese ayer que rasgó nuestras realidades para crear otras nuevas: mejores o peores, distintas, y en las que los rugidos parecen susurrar que no entramos ni tú ni yo.

Me siento pez surcando el océano de tu pecera, ahogándome en el fondo de tu pozo y precisamente, por no haber reproches pintados en los cristales ni falsas esperanzas mordiéndonos los tobillos, golpeo las ventanas con fuerza, no por que busque nada de ti, o lo desee, o, simplemente quiera, sino por volver a verte volar, aunque ya no esté para ver tus piruetas, aquellas que reproducías al rozar el sol con tus yemas. Ahora, el duendecillo de colores duerme tras tus párpados y los muros sólo dejan traspasar sombras. Te dejo un arco iris pintado en el alma- abro las alas y reanudo mi vuelo-, para cuando puedas ver mi eterna sonrisa (para ti).
Hasta siempre amor…

H de L

Duendecillo de colores

Duendecillo de colores Niño, que me has robado el alma...y hoy, tus labios dibujándome sonrisas en mi cielo del norte, entre nubes de algodón dulce, que hasta el arco iris bajó a jugar con el agua para que brillaras tú solito. No puedo ver más allá del rosa que me regalas, mi duendecillo de colores penetrando en mis oídos. Y una marea de palabras y, no sé lo que digo, sólo quiero hacerte hablar, que no calles e interiorizar tu melodía entrecortada, va y viene, y, ¿risas? ¿Reías amor? ¿Quién es Xaxa? ¿Vive en León? Que no te entiendo nada, que ahora sí, tendremos que inventarnos un lenguaje nuevo, o escribir(nos) hasta que nos sangren las yemas, hasta que se borren los secretos, hasta que pueda palpar la piel de tus labios y saborearte, mi niño de fresa, de chocolate, que un terremoto me estallaba en el pecho y mil trompetas atronándome los tímpanos...y mis dedos, acariciando tu boca, así no hay quien se centre niño tímido, mi niño silencioso, mi niño amado que hablas tan bajito que me tiemblan los tobillos , las rodillas...y olvido que hoy llevo falda, los obreros del tejado me hacen un guiño, que no recordé donde estaba y prácticamente me tumbé en el muro, ese mismo que nos separa. Quiero oírte respirar, el latido de tu corazón , aprendérmelo de memoria y crear los más bellos poemas a su ritmo, nuestro ritmo, dibujarte sobre la piel con dedos de colores, y tatuarme tu nombre en el fondo del pecho, con los siete rayos que me miman, con los siete colores de los que eres dueño. Muerdo tu imagen aún escondida tras esa sombra juguetona que no me deja reflejarme en tus ojos, tus ojos bañados con chispitas de estrellas, que me siento tan blanda que podría deshacerme y no, que soy de piedra...ó, cartón piedra por que ahora estoy derritiéndome entre tus manos mi duende hechicero, que ni Panoramix soñó con semejante poción mágica que nos hace perder el sentido, el amor...ahora brotando en la primavera de nuestros corazones.
Y como no me canso de decirte que te amo, me subo a una silla, a la escalera, a la cúspide de la montaña más alta y te lo grito, y mi voz choca contra las cimas y el eco en tus oídos, perdí la cuenta de las veces que sonó mi melodía hoy para ti...
Mi sonata para duende y orquesta.

2003/09/24
H de L